Shakespeare

"No temas a las sombras ni al olvido, que tras la noche un nuevo día brillará sonriente y con la espada rota del héroe caído se forjará la espada del valiente..." (W.S.)



Quizás la mayoría de nosotros comienza a escribir la historia de su vida mientras la está viviendo. Otros esperan a que pasen grandes cosas y otros escriben grandes cosas que quizás nunca vivirán… (Adolfo)































































sábado, 24 de septiembre de 2011


El loco
I

Quiero desbarrancarme por entero desde la cima inestable de mi vida, rodar -cual piedra arrasadora- llevando con mis pasos mis penas por delante.

Bajar jugando con el viento y atado en un sí con mis hermanos llegar al borde del abismo,
y allí -con el miedo- detenerme.

Sentirme en este instante: VIVO y dejar mis lágrimas al vació, poder -en el preciso instante- liberar la carga que me invade.

Vagar y vagar en mi existencia, buscando mis razones paso a paso; sentir como el tiempo se amalgama y se desboca en delirios de
esperanza.

Cada noche vivo y sueño con un hermoso despertar, mas el día me devuelve mis ansias de vagar. Vagar cual sombra humilde entre risas y llantos en un salto de niño,
adolescente y adulto -casi en un continuo devenir- y así camino por montañas en delicado equilibrio, y por llanos voy con música, trepo a los árboles hecho risa y desciendo a los profundos valles hecho torbellino, me alzo -sobre la injusticia- blandiendo un puño desafiante y ante la pobreza oculto mi rostro avergonzado y mis lágrimas de impotencia.
II

¡Mirad! Voy a elevarme sobre ustedes para dejarlos solos en este mundo.

No los voy a decir dónde voy, solo les diré que he sido elegido, mi tiempo de vagar se ha detenido y el niño y el adolescente se abrazan con el hombre.

Quizás vuelva por alguno de ustedes, aunque me llamaron loco.

Intenten rodar desde la colina, dejen su piel sobre las piedras, jueguen con el viento y déjenlo llevar sus lágrimas,
pero... deténganse al borde del abismo.

Que los árboles y los valles conozcan a tu cuerpo, que los llanos gozosos admiren tu música, que el torbellino te arrebate y que la injusticia y la pobreza no te resbalen,
entonces, este loco, te llamará amigo, y te unirá a él y a muchos más.
-------------------------------------------------------------------------------Adolfo Pedroza (allá por 1982)