Shakespeare

"No temas a las sombras ni al olvido, que tras la noche un nuevo día brillará sonriente y con la espada rota del héroe caído se forjará la espada del valiente..." (W.S.)



Quizás la mayoría de nosotros comienza a escribir la historia de su vida mientras la está viviendo. Otros esperan a que pasen grandes cosas y otros escriben grandes cosas que quizás nunca vivirán… (Adolfo)































































miércoles, 2 de noviembre de 2011

Unos locos con carnet...

Unos locos con carnet…

Aquí estamos otra vez frente a acontecimientos que sacuden la vida de los seres humanos y un planeta que trata de reacomodarse siguiendo sus propias leyes naturales mientras se pregunta ¿porqué lo tratamos tan mal?. Las voces se alzan por miles para decir fatalidad, catástrofe y/o hablar de la implacable naturaleza. Todo esto mientras miramos para otro lado y no nos hacemos cargo de nada.
¿A qué se supone que estamos jugando? Para tener un botón de muestra, podríamos decir que los países industrializados –entre los que Estados Unidos dijo “Yo no lo haré”- recortaran sus emisiones de gases entre el 15 y el 21 por ciento respecto a cifras de 1990. En números sería que 39 naciones industrializadas “harían el esfuerzo” de estar entre 10.700 y 9.900 millones de toneladas de dióxido de carbono para el 2020 en comparación con los 12.530 millones de toneladas registradas en 1990. Esto dentro de un marco donde un panel de científicos de la ONU planteo recortes de entre el 25 y el 40 por ciento para evitar consecuencias del calentamiento global como olas de calor, inundaciones y el aumento del nivel del mar.
También anda por allí un  llamado “Protocolo de Kioto”, no suscripto por Estados Unidos (el mayor emisor de gases tóxicos… luego de China) porque su ex-presidente dijo que cumplir con este Protocolo “sería muy costoso” (¿?); aunque el actual presidente (Barack Obama)  dijo que sí “desea” que su país esté en el 2020 un 14 por ciento debajo de los valores de 1990. Además, la Unión Europea, Suiza, Noruega y Liechtenstein están ofreciendo las mayores reducciones -algunas con condiciones- de acuerdo a los planes. Pero otras, como Canadá, Japón, Bielorrusia y Rusia están entre aquellos que tienen programados “menores recortes”.
Vuelvo a preguntar: ¿A qué jugamos? No nos engañemos y escuchemos a un tal Yvo de Boer -jefe del Secretariado de Cambio Climático de la ONU- que dijo que “las promesas para el 2020 están a millas de distancia de lo necesario para cumplir la meta establecida por líderes del Grupo de los Ocho (G8) durante una cumbre celebrada en julio en Italia, que busca reducir las emisiones en un 80 por ciento para el 2050.
También nos dijeron que la energía nuclear era altamente beneficiosa y que los accidentes de los reactores nucleares son prácticamente inexistentes con las medidas de seguridad que se pueden lograr hoy en día… Pero entonces ¿Qué pasó en Japón?. Esa isla tiene nada menos que 54 centrales nucleares y un alto índice de posibles movimientos sísmicos. ¿Será acaso que no sabían que estas “fatalidades”, “catástrofes” y/o “la implacable naturaleza” podía concretar estos hechos?
Bien. Parece que ahora nos dicen que “no estaban cubiertos todos los riesgos”; ni para controlar reactores nucleares, ni para encausar los desastres de las refinerías de petróleo y menos aún las fábricas de productos químicos. Tratan de explicarnos, en difícil y aprovechándose del dolor real que nos provoca la situación de los seres humanos que viven en Japón, que se deberán liberar gases contaminantes del reactor nuclear a la atmosfera, porque sino la explosión de este será inevitable por el recalentamiento. Pero nada nos dicen de las protecciones físicas que se habían tomado “concienzudamente” para que la radioactividad no afectara ya nunca más a los seres humanos… “porque después de Chernobyl hemos dado gigantescos pasos”
Esos “loquitos de Greenpeace” dicen: “hacemos un llamado para que se cierren de forma organizada pero urgente las centrales nucleares existentes, y a no construir nuevos reactores. Los Gobiernos deberían invertir en energías renovables que, además de ser medioambientalmente sostenibles, son las más baratas y las más seguras. Esta energía no se puede incluir, como muchos pretenden, en un modelo energético limpio, seguro y sostenible.”. Y me parece que se agota el tiempo de escucharlos
En definitiva, es la hora de que no cerremos los ojos a aquello de: “ que la tierra cayó en manos de unos locos con carnet…” como canta el “Nano” Serrat y encarnemos esa súplica que dice: “Se sirva tomar medidas y llamar al orden a esos chapuceros que lo dejan todo perdido en nombre del personal. Pero hágalo urgentemente para que no sean necesarios más héroes ni más milagros pa' adecentar el local...”(*)

Adolfo Pedroza – Rosario/Santa Fe (Marzo2011)

(*)A quien corresponda/ Letra y Música de J.M. Serrat